La aparición en el Salón de Frankfurt de 1979 del W126 trajo a la Clase S una imagen más fresca, si bien aún muy en línea con la anterior generación. Pese al diseño continuísta, esta generación sería una de las más longevas, manteniéndose 12 años en producción hasta ver llegar a su sustituto.
Como no podía ser de otra manera, trajo bajo el brazo novedades que lo convertían en un absoluto adelantado a su tiempo. Estas eran principalmente cuatro: el control de tracción, conocido como ASR, una carrocería con múltiples y estudiadas zonas de deformación programable, cinturones de seguridad con pretensores y, quizá no la más importante pero sí la mas notoria patente de Mercedes: el airbag. Un dispositivo que tardó dos décadas en popularizarse entre los coches más vendidos y que hoy ya equipa -rara vez menos de 6 o 7- practicamente cualquier coche a la venta.
A nivel mecánico, la joya de la corona era el V8 de 5,6 litros y 272 CV, que conformaba la oferta de gasolina junto a otros 7 motores, tanto en configuracion L6 como V8 y en cilindradas comprendidas entre los 2.600 cc y los 5.600cc del ya mencionado 500SEL. Los diésel por su parte eran dos L6 de 3 y 3,5 litros turboalimentados.La familia W126 también sería más eficiente, gracias sobre todo al empleo de materiales más ligeros y la cuidada aerodinámica, perfeccionada en túnel de viento.
Cabe destacar también la aparición por primera vez de una variante coupé de dos puertas, conocidas como 500/600SEC, de relativo éxito y que se producirían también en las sucesivas generaciones.
En 1991, la exitosa familia W126 -casi 900.000 unidades vendidas- pedía a gritos un relevo y Mercedes se lo dio a lo grande en el Salón de Ginebra, presentando el W140. Con un diseño continuísta pero mucho más moderno respecto al modelo saliente, no se veía un salto tan grande quizá desde el Tailfin. Viendo en perspectiva todos los Clase S, este es desde mi punto de vista el primero que se nota claramente moderno.
Y la modernidad no se limita al plano estético, pues incluía lujos como puertas y maletero abatibles elécticamente, elevalunas antipinzamiento, climatizador con filtro de carbón activado o cristales dobles para un mayor aislamiento. En cuanto a seguridad, la característica mas distintiva y definitoria del Clase S, encontramos control de estabilidad ESP, asistencia a la frenada de emergencia EBA, faros de xénon o airbags de cortina.
Bajo el capó, dos turbodiésel ya conocidos de la generación anterior y convenientemente revisados y cinco alternativas de gasolina: dos L6 de 197 y 231 CV, dos V8 de 279 y 326 CV y el conocido y monstruoso M120 de 12 cilindros en V con 408 CV, que respondía a una BMW que ya tenía su V12 montado en su Serie 7. Fue este el bloque con el que Mercedes aplastaría a sus rivales en el campeonato FIA GT en el '97 y '98, firmando 17 victorias en 22 carreras, y también es el mismo motor que, con los retoques y modificaciones de rigor por parte de AMG, puede verse en los Pagani Zonda... incluido el Zonda R.
El Clase S W140 fue bastante criticado por lo excesivo que resultaba en prácticamente todas sus cotas. Desde su longitud -5 metros y 11 centímetros- al desmedido tamaño de sus faros, su parrilla, su salpicadero... era "demasiado" grande en casi todos los aspectos, incluido el precio.
No obstante resulta innegable que esta generación gozaba de una calidad de construcción -ajustes, tolerancias, materiales, espacio...- que jugaba en otra liga muy distinta a todo lo visto, y basta echar una rápida ojeada al interior para darse cuenta que es un habitáculo absolutamente deseable incluso hoy. No cabe duda que Mercedes siempre ha sabido mimar muy bien tanto al conductor -o chófer, como sucedía a menudo con este coche- como a los ocupantes.
Como curiosidadMercedes aprovechó el restyling de 1996 para cambiar la nomenclatura y situar la S delante de los números. Así, los 300 SE y 400 SE pasaron a llamarse S 280 y S 320, y fue precisamente en uno de los primeros en el que perdió la vida Diana de Gales. Aquel trágico accidente nos enseñó que. por mucho que se avance en sistemas de seguridad, el rudimentario cinturón de seguridad sigue siendo crucial.
Tras siete años a la venta y buenas ventas, llegaría en 1998 un nuevo Clase S (W220). Si bien seguía siendo prácticamente tan voluminoso como modelo saliente, las formas redondeadas -que se imponían entonces y no solo en Mercedes- y el sutil labrado de chapa marcando la línea de cintura aligeran y dinamizan su imágen. Destacaron también sus sus ópticas delanteras, en forma de doble faro como en el Clase E, pero "fundidos" en uno solo. Estéticamente no se veía un salto tan grande quizá desde el Tailfin.
El trabajo de diseño no se limitaba al exterior, pues el interior, además de una calidad de construcción -tanto por materiales empleados como por el ajuste de los mismos- fascinante, tenía una forma en la que los laterales del salpicadero se juntaban con las puertas, creando una sensación de continuidad sorprendente y muy agradable. Agrado que podía llevarse al extremo de equipar los asientos calefactables y con función masaje.
A nivel técnico, fue sometido a una notable cura de adelgazamiento en la que se dejó alrededor de 300 kilos. A pesar de esta rebaja, el monocasco del S seguía siendo un referente en seguridad, incluyendo en esta generación una suerte de "tabique" entre habitáculo y el motor para evitar la intromisión de este en caso de impacto. La dotación de seguridad se incrementó con novedosos sistemas, como el radar que permitía mantener la distancia con el vehículo precedente (Distronic) o el sistema Pre-Safe, que se anticipaba a un posible accidente lanzando un aviso de colisión inminente, optimizaba la frenada, hacía parpadear las luces de freno y activaba las luces de emergencia, pretensaba los cinturones, colocaba el asiento erguido, subía las ventanillas y cerraba el techo solar. Impresionante, ¿verdad?
No nos podemos olvidar del sistema 4Matic y AirMatic -es manía de la marca de llamarlo todo NosequeMatic...- , siendo lo primero un sistema de traccion total que se valía de un sistema electrohidráulico para repartir la potencia entre ambos ejes, y lo segundo una suspensión adaptativa que variaba el tarado de los amortiguadores en tiempo real ajustándose a las condiciones de la carretera.
De inicio, tres motorizaciones de gasolina: un 3.2 litros de 224 CV, un 4.2 de 279 CV y un 5.0 de 306 con sistema de desconexion de cilindros bastante similar al COD que hoy ya se puede encontrar en un Ibiza o Golf -motor 1.4 ACT- . Más tarde se incorporarían un 5.4 360 CV del S55 AMG, un V8 de 444 CV y un V12 reservado para el buque insignia, el S600. Dos diésel de 198 y 260 CV completarían la oferta. A mediados de su vida comercial, aprovechando una puesta al día, haría aparición un V12 Kompressor de nada menos que 500 CV que llegaría posteriormente hasta los 612.
En esta generación llegaría la denominación Pullman, que ponía nombre a las versiones de carrocería larga -alrededor de un metro de más- orientadas a grandes personalidades o jefes de estado, con posibilidad de elegir varios niveles de blindaje y configuraciones del interior. También existió un derivado coupé, el CL, con ciertas diferencias estéticas y los motores más potentes de la gama.
En la tercera parte veremos las dos última generaciones, que llevan un paso más allá el concepto de lujo, sofisticación y seguridad de los que siempre ha presumido la Clase S.
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