Como ya sabréis -hasta ha salido la noticia en la televisión pública, algo que yo no esperaba- los coches Clean Diesel del grupo Volkswagen sólo eran "clean" bajo condiciones de homologación gracias a un programa en la ECU de los motores que detectaba cuando se estaba aplicando un test, reducía las prestaciones y modificaba la gestión del motor para superar las normas anticontaminación, especialmente duras en algunos estados norteamericanos como California. Los modelos afectados son los modelos Jetta, Golf y Beetle fabricados entre 2009 y 2014, el Audi A3 del 2009 hasta hoy y el Passat fabricado en los últimos dos años. La trampa no es una pequeñez, porque estamos hablando de motores que, en uso normal, contaminan hasta cuarenta veces más -sí, CUARENTA- de lo que homologan. Es una barbaridad.
Lo primero y más grave es que Volkswagen ha mentido de manera flagrante a todo el país, autoridades incluídas, y casi medio millón de sus automóviles están ahora mismo contaminando de manera ilegal -violacíon de la Clean Air Act, o acta para un aire limpio- el aire que respiran todos los ciudadanos y que la ley trata de proteger. Y todo esto gracias a una falta de ética, quitando un par de casos, que no tiene precedentes en el mundo automovilístico.
Luego están las consecuencias económicas, un tema que no será baladí: la ley norteamericana prevé sanciones de hasta 37.500 dólares por coche, una cifra en muchos casos superior al propio precio de venta del vehículo. Multiplíquese esa cantidad por el número de vehículos "ilegales", que ya decíamos roza el medio millón, y obtenemos una sanción que ronda los 18.000 millones de dólares. Para que os hagáis una idea, en todo el año 2014 el grupo obtuvo un beneficio de 11.000 millones de euros.
Aparte, Volkswagen deberá dar una solución a semejante estafa y ninguna de ellas le resultará barata. Una de las alternativas es implantar el sistema de SCR o reducción catalítica selectiva, una solución en la cual se inyecta urea -AdBlue- al flujo de gases de escape para neutralizar las partículas de NOx. Esto no es como quitar una pieza y poner otra mejor, sino añadir un sistema nuevo y costoso a un coche que no lo tiene. Carísimo.
Otra posibilidad es modificar la gestión de la ECU para que el coche contamine siempre lo que sólo contaminaba en ciclo de homologación, pero dado que estamos hablando de unas emisiones cuarenta veces superiores y los milagros no existen, me temo que estaríamos hablando de una reducción de prestaciones importante. Conociendo el gusto de los americanos por demandar todo aquello que no cumple sus promesas, Volkswagen se enfrentaría a una demanda tras otra por vender productos que no se ajustan a lo anunciado, teniendo que pagar miles de dolares en indemnizaciones y tratos.
Sin embargo quizá lo más dañino para Volkswagen no sea el dinero, sino el grave deterioro de su imagen. No es solo el engaño, la premeditación con la que han querido saltarse a la torera la ley, sino el grave déficit de ingeniería que demuestran al haber tenido que recurrir a hacer trampas -y qué trampas- para competir en el mercado. Sólo el tiempo dirá como de malparados salen de este lío. Por lo pronto, su valor en bolsa ha caído más de un 20%... Y es sólo el principio.
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