Este premio lo otorga un jurado compuesto por 65 periodistas del motor de todo el mundo, que juzgan a su criterio los motores basándose en cosas como su economía de funcionamiento, suavidad, rendimiento, etc. Disponen de 25 puntos para otorgar en cada categoría. Un motor puede recibir como máximo 15 puntos, siendo los otros repartidos a criterio de cada cual. Habrá quien entregue el máximo a un motor y los 10 restantes a otro y quien reparta los puntos entre un mayor número de motores. Este es básicamente el funcionamiento de la votación.
El caso es que hace unos días entré en la web de la organización para echar un vistazo a los premiados. Entre los ganadores tenemos el ya habitual 1.0 litros de Ford -tercer tricilíndrico que mencionamos- , el dos litros turbo de Mercedes-AMG del A45, el pentacilíndrico de dos litros y medio de Audi. El V8 de 3.8 litros de McLaren o el 4.5 Ferrari de idéntica disposición también fueron ganadores en su respectivas categorías. El galardón a Motor Verde fue a parar a manos de Tesla.
Curioso, me dispuse a mirar los ganadores de otros años. Por ahí me topé con el 1.4 TSI, alguna mecánica fruto de la colaboración de PSA y BMW, el HSD de Toyota... mucho motor alemán en general, lo cual hasta cierto punto es normal dada la potencia de su industria. Sin embargo en un momento dado, oigo un clic dentro de mi cabeza. Me falta algo. Recorro las pasadas ediciones del premio, hasta el 2000, por si caso. Y justo en ese momento me doy cuenta de que, efectivamente, ningún motor SkyActiv de Mazda ha sido premiado jamás.
Las comparaciones son odiosas
Me gustan mucho las pruebas de consumo que hace Arturo de Andrés en su blog de Km77, Curvas Enlazadas. Su nivel de objetividad me parece dificilmente alcanzable, su nivel de conocimientos, brutal, y la capacidad de análisis y de sacar conclusiones que otros no vemos es pasmosa. Dificilmente se puede dudar de los resultados de sus pruebas, y en este sentido sus conclusiones sobre los motores 1.5 G y 2.0 G de Mazda es clara: son motores verdaderamente brillantes.
Me gustan mucho las pruebas de consumo que hace Arturo de Andrés en su blog de Km77, Curvas Enlazadas. Su nivel de objetividad me parece dificilmente alcanzable, su nivel de conocimientos, brutal, y la capacidad de análisis y de sacar conclusiones que otros no vemos es pasmosa. Dificilmente se puede dudar de los resultados de sus pruebas, y en este sentido sus conclusiones sobre los motores 1.5 G y 2.0 G de Mazda es clara: son motores verdaderamente brillantes.
Veamos por ejemplo el 1.5 G de 100 CV: en la prueba de consumo del señor De Andrés, ningún otro coche de su categoría mejoró su resultado, es más, de todos los coches probados en su blog, solo un coche logró un consumo inferior: el Seat Mii/Volkswagen Up! con motor 1.0 de 60 CV que, convendréis conmigo, es un cachondeo de coche comparado con el Mazda 3 en todos los aspectos posibles. El siguiente en la lista es el muy sofisticado 1.4 ACT de cilindros desconectables derivado del bloque que lleva ganando durante nueve años consecutivos su categoría y que ahora perdió el premio en favor del 1.2 PureTech de PSA. Pero no solo eso, es que Mazda consigue ese resultado de la siguiente manera:
-Con llantas de 17 pulgadas
-Sin turbo ni compresor
-Sin tecnología de desconexión de cilindros
-Sin combinar doble inyección directa/indirecta
-Con un par a bajas vueltas realmente bueno
-Con un promedio de velocidad superior al del Golf 1.4 ACT (107,6 km/h vs 105 km/h)
-Sin optimización aerodinámica específica
El caso del motor SkyActiv G de 2 litros de cilindrada y 120 CV es un poco parecido: con uno de los tiempos más rápidos, ningún otro rival le supera con la salvedad de los antes mencionados 1.4 del grupo VAG con desconexión de cilindros, soluciones híbridas y coches del segmento B de poco peso y potencia. Técnicamente empata con el 1.4 de 100 CV de Honda, un motor de rendimiento claramente inferior, menor agrado de uso y 600 cc menor. Esto con los gasolina, porque con las versiones diésel y su elasticidad también hay para escribir un libro, y los buenos resultados con esta familia de motores no se limita solo al Mazda 3, sino que se extiende también a la berlina 6, el SUV CX-5 y el urbano 2.
Sabido esto, me parece injustificable desde todo punto de vista ningún motor SkyActiv haya ganado jamás en ninguna categoría desde que aparecieran, creo recordar, en 2012. Máxime cuando Mazda ha puesto totalmente en entredicho el downsizing, se ha atrevido a ir contracorriente y es probablemente el fabricante con más y mejor domina los entresijos de la combustión. Desde luego su ingeniería queda fuera de toda duda.
Este tipo de cosas, junto a escándalos como el que salpicó al ADAC alemán cuando concedió el premio de Coche del Año -al Golf VII, para ser más precisos- , que finalmente confesaron haber inflado la cifra de votos de 3.409 a nada menos que 34.299 para darle más repercusión a la encuesta realizada, hace que uno acabe creyendo eso que dicen las malas lenguas de que el periodismo del motor en Europa muchas veces funciona a base de maletinazos.
Y de muchos estudios de fiabilidad, mejor ni hablamos...
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