Hace ya cinco años, en 2009, BMW presentó el concept Vision
Efficient Dynamics en el salón de Fráncfort, un prototipo con el que pretendía
conciliar la eficiencia y la deportividad en el mismo coche. El proyecto
afortunadamente tuvo continuidad y este año ya ha comenzado a producirse en
serie, bajo el nombre de i8.
Técnicamente es fantástico, pero tampoco revolucionario: se
trata de un híbrido enchufable de 362 CV que generan dos motores, uno eléctrico
de 131 y un tricilíndrico de gasolina de 1,5 litros que produce los 231
restantes. Gracias al empleo de fibra de carbono, no llega a la tonelada y
media por 15 kilogramos. Sus baterías le permiten rodar en modo exclusivamente
eléctrico en torno a 35 kilómetros. Lo más sorprendente es sin duda el consumo
que homologa: 2,1 L/100 km, cifra que hay que tomar con mucha cautela por lo
favorecidos que salen los híbridos en el ciclo NEDC -un método ya de por sí bastante
engañoso- . En cualquier caso, el
consumo es fantástico sí o sí.
El caso es que el BMW i8 ha caído en manos de ya sabéis
quién, nuestro idolatrado Chris Harris. Parece convencerle en muchos aspectos: alaba su agilidad, su bajo centro de gravedad, su fuerza... Como no podía ser de otra forma, también le saca un par de pegas, como unas sensaciones un poco "filtradas", algún problemilla con la calibración del acelerador en conducción tranquila -pensad que son dos motores cuyo funcionamiento varía y se adapta a multiples circunstancias- , pero me da la sensación de que Chris disfruta, y eso es mucho decir de un coche híbrido. Os dejo con el vídeo:
PD: Era necesario hacerse eco de lo que se comenta por ahí: os habéis fijado que, si lo miramos desde atrás, parece que está "dando a luz" un Porsche 911?
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