PRUEBA: AUDI A3 SPORTBACK 1.8 TFSI QUATTRO (parte 2)



En esta segunda parte vamos a dejar de lado aspectos, impresiones del interior y demás aspectos “superficiales” de los que el A3 Sportback deja en general bastante buena impresión y vamos a centrarnos en cosas más importantes: comportamiento, motor, conducción… esa clase de cosas.

Mencionaba al final de la anterior entrada los numerosos galardones recibidos por la tecnología TFSI del grupo Volkswagen, con la que, de alguna manera, “pospusieron” la hibridación y demás tecnologías novedosas y apostaron por darle otra vuelta más de tuerca a lo que ya tenían. Parece que les ha funcionado.

El turbo al poder

Es curioso: resulta que el propietario del coche, que no es muy de correr ni de hacer el cabra, creía llevar el TFSI de 122 CV  -casualmente en la tarjeta del vehículo indica una potencia de 118, pero medido en kw, no en CV-  pero, en realidad es todo un 1.8 litros turbo de 160 notables caballos que me ha parecido fantástico.



Y es que el coche, sin ser un cohete  -no dejan de ser ciento y bastantes caballos tirando de casi tonelada y media-  anda muy bien. Anda bien desde abajo, “ratear” no es lo suyo y en cualquier punto del tacómetro tiene brío. Sé que no debería sorprenderme, al fin y al cabo los motores turbo modernos suelen tener "un par"  -sutil juego de palabras- , incluso los que apenas sobrepasan el centenar de caballos, pero acostumbrado como estoy al atmosférico que suelo conducir, aún sigue impresionándome. Lo que no deja pasmado es el sonido, suave y bastante amortiguado. El que quiera más deberá tirar de soluciones aftermarket.

Quizá se nota un poco que pesa  -la tracción Quattro añade kilos-  pero no tanto como dice la ficha técnica  -alrededor de 1.480 kilos- . No deja de ser un coche que se pone a 100 km/h desde parado en ocho segundos justos, solo unas décimas más que el Mégane TCe de 180 CV que pudimos probar, y creedme que aquel coche andaba.

Pienso  -y mi opinión es tan válida como la de cualquiera-  que frente a un motor así el diésel se queda con muy poquitos argumentos: el menor consumo  -así como la menor sensibilidad de este al tipo de conducción-  y para de contar. Soy consciente de que ahora mismo la economía no es tema baladí, pero yo personalmente creo que haría el esfuerzo. Olvidaos de ese dos litros TDI 150 CV que teníais en mente.


La caja de cambios de seis velocidades acompaña muy bien el motor. Tiene unos desarrollos más bien largos pero que no impiden sacar lo mejor del motor. Insertar marchas es un ejercicio bastante placentero, lo cual suele se costumbre en Audi: tacto preciso, recorridos cortos y bastante rapidez… poco que objetar aquí.

El apartado de consumos lo obvié por completo, pero me consta que se pueden hacer medias, contemplando un uso “de todo un poco” de 7 litros, acercándonos más o menos a la homologación  -6.0 l/100km-  en función de cuánto de cuidadosos seamos. Písale y se te dispararán las cifras, al fin y al cabo necesita algo más que aire a presión para alimentarse.

Comportamiento
Con el motor TFSI, conducir el A3 es un ejercicio fácil y cómodo. Como el motor responde siempre muy bien, por ciudad se puede circular con frecuencia en marchas largas y no ir pendiente del cambio, casi siempre hay fuerza para ganar velocidad. Se puede ir muy despreocupado.



Nuestro A3 incluía el paquete S-Line, que además de faros antiniebla, doble salida de escape, spoilers chulos y otras cosas de esas que nos suelen gustar, incorpora una suspensión deportiva  -se puede elegir otra aún más rígida-  que, aunque no puedo comparar con la de serie, sí puedo decir que le da al coche un tacto firme y “deportivo”, ese que solemos apreciar los jóvenes o los que gustan de conducir con soltura. No me pareció que con esta opción fuera incómodo en modo alguno  -aunque los hay más confortables- , pero si es cierto que algunas personas preferirán la suspensión normal que probablemente filtre más las juntas de dilatación, cambios de asfalto y demás. No fue mi caso, pero me apunto lo de probarlo con la suspensión.

Se apoya muy bien en las curvas y si entra pasado subvira claramente, sobre todo en las curvas más lentas, aunque torpe no es. Me hubiera gustado conducirlo un poco más “a cuchillo” para conocerlo mejor en este sentido. La dirección  -el volante tiene la parte baja achatada y sigo sin verle su aquel a esta característica- , para ser un coche “de estos que hacen ahora”, me gustó porque no oculta demasiado lo que sucede bajo las ruedas. Eché de menos eso sí que fuese un poco más directa.

Otra razón por la que me quedé con ganas de exprimir más el A3 es la tracción Quattro (ver: Quattro). En ningún caso se puede decir que 160 CV sean demasiado para el eje delantero, por lo que tampoco supone una ventaja cuando conducimos normal o tirando a rápido, salvo que tratemos de salir muy pronto de las curvas o el piso esté claramente resbaladizo. En estas circunstancias siempre podremos abrir gas antes, pero con el coche apoyado no se puede afirmar que la tracción Quattro suponga una ventaja, el agarre lateral es el que es.

Tengo una cuenta pendiente con este coche en un puerto de montaña que yo me sé, seguro que el Haldex me convence.

Precio, equipamiento y conclusiones

Hablo de memoria, pero creo que Alberto me dijo que este A3 salió por unos 29.000 euros. Como ya ocurriera con el A1, tiene importantes carencias de equipamiento que, visto el precio, da para llevarse las manos a la cabeza. Hablo de cosas como el ordenador de a bordo, el volante multifunción, sensores de lluvia y luces u opciones típicas de conectividad multimedia (USB, Bluetooth...). Esto suele ser común en los modelos de marcas "premium"  -que poco me gusta esa palabra-  , como también lo es tener un abanico de opciones muy amplio, como puede ser la suspensión variable Magnetic Ride o luces adaptativas.

También en este caso particular está la posibilidad de escoger la tracción total Quattro, que supone un sobreprecio de unos 3.000 euros y la magnífica  -preferir una caja manual no impide apreciar un buen automático-  caja de cambios de doble embrague DSG. Estas opciones pueden resultar muy interesantes para algunas personas.

En fin, un Audi, con todo lo bueno y malo que conlleva. Obviando el precio, que las opciones son caras y algunas casi imprescindibles  -por lo básicas que son y no vienen de serie-  y alguna cosilla más como el mantenimiento, que siendo Audi ya sabes que no va a ser el más barato, el A3 me ha parecido un coche fantástico. Concretamente el Sportback tiene mucho más sentido que el tres puertas  -salvo que estéticamente guste más el otro- , tienes la opción de la tracción integral, que te da un plus y es poco habitual en el segmento, una gama de motores amplia  -e interesante, como los TFSI de 122 CV y este de 160-  y el saber que te llevas un coche bien hecho.


Mi eterno agradecimiento a mi amigo Alberto, satisfecho propietario con muy buen gusto, por cierto. Un abrazo dottore!!!


 Galería de imágenes

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