MI DAKAR 2014: COLOR ESPAÑOL EN LA EDICIÓN MÁS DURA



A estas alturas ya todos sabréis que los españoles hemos hecho historia este año en el Dakar, con Nani Roma campeón en coches, doblete en motos de Marc Coma y Jordi Viladoms y la décima posición en camiones de un Pep Vila que en varias etapas se ha pasado por la piedra a unos cuantos camiones a pesar de llevar media tonelada de repuestos para sus compañeros de equipo. Por falta de tiempo no he podido hacer resúmenes de las etapas aunque gracias a los resúmenes de Teledeporte, disponibles en su web, muchos hemos podido disfrutar de la carrera.

Supongo que cada uno habrá sacado sus propias conclusiones de esta durísima edición, aunque todos coincidiremos en que Don Dinero es un poderoso caballero, nueve MINI entre los doce primeros así lo confirman. La escuadra X-RAID ha sido absoluta dominadora y apenas sí han sido incordiados por el buggy SMG de Carlos Sainz y el Toyota de De Viliers, impotentes ante un equipo con tantos recursos y tan buen plantel. Soy de la opinión de que la presencia de desigualdades tan evidentes desvirtúa un poco la esencia del Dakar. La manida frasecita de “el Dakar es duro con todos y no distingue entre pilotos” no es cierta cuando tras cada etapa te cambian el aceite, los frenos y partes al día siguiente con el coche rehecho y la espalda descansada en un motorhome equipadísimo. Como la presencia de estos equipos es inevitable, esperemos que en próximas ediciones MINI no sea la única escuadra con mucha pasta para gastar en las dunas.


Dentro de X-RAID, dos nombres importantes: Roma y Peterhansel. Los dos pilotos, amigos y rivales, han vivido una última jornada muy tensa a raíz de la polémica de las famosas órdenes de equipo, un “cacao” que parece ser culpa de Sven Quandt, que lejos de mantener las cosas del equipo dentro del mismo ha demostrado tener la boca como un buzón. Todos sabemos que hay órdenes de equipo… ¡pero no las queremos saber! 

Polémicas al margen, una cosa queda clara: Roma es mejor cuando el Dakar es más rally que raid, pero Peterhansel le supera cuando es más raid que rally. De haber contado con una sola etapa más de arena, dudo que a “Monsieur Dakar” se le hubiera escapado esta edición. Sus compañeros Terranova y Holowczyc  -no se me puede culpar si está mal escrito el nombre del polaco-  también han hecho una carrera notable, pero lejos de la cabeza. Solo el omnipresente Al-Attiyah ha terminado a menos de una hora, "confirmándose" como el gran piloto que es en estas lides.


El “primero del resto”, un Giniel De Villiers que ha ido de menos a más a bordo del Toyota Hilux: un coche fiable y muy capaz pero insuficiente ante el poderío MINI. En cualquier caso la cuarta plaza del sudafricano es de mucho, mucho mérito, así como la séptima del otro Toyota de Dabrowski, que sin tener mucha repercusión se ha colado holgadamente en el top-10.

De entre los buggies, Carlos Sainz prometía plantar cara aprovechando la ventaja de su montura en la arena  -mayores recorridos de suspensión y el inflado automático de ruedas, principalmente-  y en las zonas abiertas. Las esperanzas se mantuvieron vivas hasta bien entrado el rally, pero la desgracia vino por donde se la esperaba: la fiabilidad mecánica. Primero un sensor, luego la rotura de la unión entre el chasis y la suspensión…  Hasta abandonar finalmente en un accidente tonto cuando iba a buscar gasolina con su “copi” Timo Gottschalk. Dificil que el español revalide el Dakar si no cuenta con una estructura más potente.

En cuanto a camiones, De Rooy no ha podido recuperar el título, en manos otra vez de los rusos de Kamaz capitaneados por Karginov, Mokeev y Devyatkin. El segundo puesto a escasos tres minutos lo ha ocupado el propio De Rooy, que pese a no haber cumplido su objetivo de llegar primero a Valparaiso en esta edición, solo es cuestión de tiempo que termine haciéndolo. Para encontrar al primer Tatra hay que bajar hasta el sexto puesto, donde está Loprais. Dos puestos más abajo está el primero de los MAN y décimo un Pep Vila que creo bien podría plantar cara a los poderesos Kamaz si contase con un camión idéntico al de De Rooy.



Que me perdonen los aficionados a las motos y quads porque no entiendo lo suficiente como para hablar con soltura de esta categoría, aunque sí las sigo tan de cerca como a las demás categorías y mis justísimos conocimientos me dan para saber que Marc Coma ha tirado de experiencia e inteligencia para llevarse su cuarto Dakar con KTM, que Viladoms ha hecho valer eso de que con constancia y disciplina siempre se alcanza el éxito y que Barreda es con diferencia el piloto más rápido de todos, al menos en términos de velocidad pura. Solo la mala suerte y el no saber dosificarse cuando era necesario le ha apartado de su primer Dakar subido a su Honda. Després, otro “coco” de los de siempre se ha quedado sin podio en su estreno con Yamaha. 

En quads Patronelli, uno de los grandes dominadores de los últimos años, tomó el camino del abandono y le dejó el paso franco a Ignacio Casale, que dominó “plácidamente” la carrera. Rafal Sonik, con Yamaha al igual que el chileno, ocupó el segundo puesto y el holandés Husseini, de Honda, cerró el podio. Ningún español llegó a meta a bordo de uno de estos problemáticos  -aunque cada vez menos-  y complicados quads.

No puedo cerrar la entrada sin hacer referencia a las declaraciones, bastante calentitas, de un Nani Roma hasta el moño de la polémica de las órdenes de equipo y de que se estuviese restando mérito a su trabajo. Pese a "irse de la lengua", no me atrevo a calificar su discurso de desafortunado, porque siendo honestos, no dijo ninguna mentira que no sepamos ya. Es esta una competición con muchas particularidades: no solo hay que luchar contra la arena, el barro, los ríos, el cansancio, la mecánica, el frío o el calor. A veces y según el piloto, también se lucha contra el propio Dakar.

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