Si Alemania tiene al grupo Volkswagen y Francia al grupo
PSA, en Italia pueden presumir del grupo Fiat. El noveno mayor fabricante mundial
por volumen y tercero entre los europeos
-datos de 2009- no pasa por sus
mejores días, como todo hijo de vecino en la industria automovilística. Esto
hace muy importante no dar ningún paso en falso y explotar al máximo todas las
marcas de casa matriz: Fiat, Alfa Romeo, Lancia, Ferrari, Maserati…
Algunas de estas marcas están suponiendo importantes soplos
de aire fresco para las arcas del grupo italiano. Maserati por ejemplo está
batiendo records de ventas, multiplicando por cuatro los números de ejercicios
anteriores y ganando buenos márgenes por cada coche que sale del concesionario -no hay más que ver la belleza de sus modelos
para explicarse esto- . A Ferrari
tampoco le va nada mal, aunque al contrario de lo que sucede con Maserati, sus
beneficios provienen de una mayor ganancia por coche. La crisis no parece afectar
a los bolsillos más abultados.
Sin embargo algunos fabricantes propiedad del grupo tienen
estrategias que no resultan fáciles de comprender. Alfa Romeo, por ejemplo. Sobrevive gracias
a las ventas del compacto Giulietta y del sub-compacto MiTo. No tengo duda de
que el 4C y la aventura americana que están emprendiendo serán todo un éxito,
pero, ¿puede continuar Alfa Romeo comercializando apenas dos modelos? Con el 159 ya caduco y su
sucesor -que al parecer se llamará
Giulia- que no se espera hasta bien
entrado 2014, la marca ha dejado abandonado el segmento D igual que hizo con el E -al que perteneció en su día el 166- hace unos cuantos años. El
mundo coupé, en el que en su día destacó el Alfa Romeo GT, tampoco cuenta hoy
con la participación de ningún modelo de la marca del biscione.
Aunque parezca mentira, hay familiares tan bonitos que duele mirarlos |
Otro caso llamativo es el de
Fiat -la marca en sí, no el grupo
empresarial- cuya estrategia no parece
la más adecuada. Su gama está compuesta por los Panda, 500, Punto, Bravo,
Linea, Sedici y Freemont. Los dos primeros, del segmento A, gozan de buena
salud, especialmente el revival del
mítico 500 -su gallina de los huevos de
oro- . El Punto pide a gritos un salto
generacional de verdad, pues lleva prácticamente con la misma imagen desde 2004,
y algo parecido pasa con el Bravo, que va para siete años sin siquiera un poco
de maquillaje. Qué lejos parecen los tiempos en el que cualquier necesidad parecía ser cubierta por un Fiat: Bravo y Brava, Marea, Marea Weekend, Multipla -sí, sé lo que me vais a decir...- , el espectacular Coupé...
¿No sería más lógico que
Fiat entrase con fuerza en el competido mercado de los compactos con un coche de
gran relación calidad-precio? El arte de ofrecer buenos productos a precios
competitivos es especialidad de la casa y en la situación actual bien podría
sacar rédito a esa cualidad. Lo más curioso de todo -lo he leído recientemente en la prensa del
motor- es que Fiat ya tiene coches que podrían resultar interesante en Europa. Uno de ellos se llama Ottimo y sería un perfecto
sustituto del veterano Bravo, pero no está previsto que llegue al Viejo
Contiente, solo es para China. Deriva del Viaggio -otro
modelo ausente en nuestro mercado y que bien podría destacar en él- y tiene una bonita carrocería hatchback de cinco puertas. En las fotos
me resulta agradable, y cuenta con las interesantes mecánicas 1.4
TurboJet del grupo.
Y vosotros, ¿qué pensáis?
¿Encontraríais interesante el Ottimo/Viaggio en nuestro mercado?
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