Los medios generalistas se enfrentan a un problema cuando
tratan de profundizar en diferentes temas, y es que llega un momento en el que
resulta imposible saber mucho de todo, por más que los periodistas se
especialicen en unas u otras áreas. Por eso es relativamente frecuente
encontrar explicaciones incorrectas, imprecisas o incompletas en los periódicos
que todos conocemos cuando se publican artículos sobre temas que no
dominan -ya digo que resultaría
imposible- como los científicos o los
que son técnicamente complejo.
Esto ha sucedido hoy en el diario El Mundo, en el que
explican “por qué el dibujo de los neumáticos nos agarra a la carretera”. Ya el
título es un poco premonitorio -aunque
esto es ser un poco quisquilloso- porque
no es el dibujo lo que da el agarre de los neumáticos, sino justamente el
no-dibujo. Recordad si no los neumáticos de tipo “slick” empleados en
competición: son absolutamente planos y sin dibujo alguno, sin embargo nada se
adhiere más al asfalto que esas gomas.
Quizá algún suspicaz lector utilice el argumento de la lluvia y con razón, pero tampoco sería exacto: el dibujo no da el agarre, permite que lo haya evacuando la capa de agua que se para la goma del asfalto por las acanaladuras del neumático -lo que llamamos dibujo- . En un neumático liso sobre agua, la capa afectaría a toda la superficie de contacto y los coches serían ingobernables, así que imprimiendo dibujo a la banda de rodadura sacrificamos agarre en seco para poder tener más adherencia cuando llueve.
En tierra y barro es diferente porque el dibujo busca clavarse en la superficie, por lo que SÍ determina el agarre |
Entonces, ¿qué es lo que da el agarre? Bien, no desmiento lo
que el señor del vídeo cuenta -de física
entiendo lo justo para pasar el día- acerca
del rozamiento, las moléculas y demás, pero si fuese esa la explicación y punto
no me sucederían ciertas cosas que sí me suceden, como que en el parking de
algunos centros comerciales las ruedas patinen al más mínimo acelerón o que
tomar una rotonda con el asfalto gastado sea un cachondeo.
La verdadera clave del agarre es la rugosidad del asfalto y la flexibilidad o elasticidad del neumático. Si juntamos estas dos cosas, tenemos que la goma se ajusta, se moldea sobre las irregularidades del asfalto y el conjunto funciona como un engranaje, en el que al encajar los dientes se evita todo patinamiento. Esta explicación no es incompatible con la explicación de las moléculas uniéndose y separándose, pero es como explicar una derivada sin pasar antes por las sumas y las multiplicaciones y quedarse tan ancho.
En la parte escrita de la noticia hay algunas frases que piden cuando menos una revisión de las mismas, como la que dice que "en las carreteras se trata de que el rozamiento sea el mínimo para asegurar el empuje de las ruedas y limitar al máximo la disipación de energía". Si eso es así, no se qué pinta mi coche -vaaale, el de mi madre- con ruedas de veinte centímetros de ancho, si con los neumáticos de una vespa el empuje está asegurado y el rozamiento se reduce como un 60% o más. Imagino yo que si circulamos a 120 km/h apoyados en cuatro neumáticos, cada uno de ellos con una superficie de contacto equivalente a una postal de navidad -y me estoy pasando de grande- , eso de que el rozamiento sea el mínimo habría que entrecomillarlo muy mucho, ¿no?
Después de este tironcillo de orejas a El Mundo, recordad que el invierno ya está aquí: circulad con precaución, atentos al asfalto las primeras y últimas horas del día y, si vuestra economía os lo permite, montad neumáticos de invierno si vivís en latitudes poco cálidas.
Noticia: ¿Por qué el dibujo de los neumáticos nos agarra a la carretera? en El Mundo
¡Muchas gracias de nuevo a Ángel por enviar la noticia!
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