Hoy toca seguir con la prueba del Passat CC, la berlina
coupé de Volkswagen que probamos la semana pasada. Haciendo memoria y a modo de
resumen de la primera parte, lo primero que me viene a la mente es el aparente
y conseguido interior, especialmente con los extras que equipa la versión probada.
Me sentí muy a gusto dentro del CC a pesar de una altura en las plazas traseras
algo limitada y un acceso -la maniobra
de subirse y bajarse del coche, vaya- no
demasiado cómodo.
Es hora de saber qué hay bajo esa silueta coupé y cómo se
mueve esta sobre el roto y peraltado asfalto de la montaña leonesa. Apretemos
el botón de encendido y probemos…
Motor y prestaciones
Motor y prestaciones
Bien sea por la
adopción del common-rail -en detrimento de la inyección por
bomba-inyector- , por un aislamiento muy
trabajado o por ambas cosas, el CC es uno de esos coches “poco diésel” a la
hora de conducirlo, al menos en lo que a rumorosidad y suavidad se refiere. Es
totalmente lógico, pensemos que es una berlina del segmento E y precio
considerable.
El corazón del modelo que pude probar es el ya conocido 2.0
TDI en versión de 170 CV con tecnología Bluemotion -una palabra que en un coche diésel me hace
rechinar los dientes- y hace de este
Passat un coche rápido. No es impresionante, al fin y al cabo son casi 1.600 kg
a mover, pero desde luego anda y bien. Su marca de 8,6 segundos en el 0 a 100
km/h lo confirma.
La forma de que tiene de entregar la potencia es más
agradable que la de los anteriores TDI sin common-rail como el Passat que
pudimos probar -aunque habrá quien
prefiera la “patada” de aquellos turbodiésel del grupo VAG- . Ya no es
explosivo en ningún punto concreto del tacómetro, sino tranquilo y progresivo,
características seguramente del agrado del público al que va dirigido. Tiene
fuerza en todo el rango de revoluciones, pensad que a 1750 rpm ya está
entregando el par máximo -350 NM- y es estirable hasta las 4.500 vueltas, aunque
es trescientas revoluciones antes cuando el motor da esos 170 CV que promete.
Por todas estas características, me parece un motor ideal
para este coche y para un usuario normal, e incluso en muchos casos resultará
excesivo. Para eso está la versión de 140 CV, más frugal y comedida pero más que suficiente para mover con desahogo al Passat coupé.
En el capítulo de consumos, el CC homologa 5,5 litros, una cifra que como siempre no se ajusta a un uso real, donde debería rondar los 6.5 litros en el caso de un conductor tranquilo considerando todo tipo de carreteras. Lo mejor es sin duda que puede pesarte el pie sin que se dispare excesivamente el consumo. Punto para el diésel.
DSG: wunderbar!
Como talibán defensor del cambio manual que soy, es
una opción que no escogería para mi coche, son unos 2.000€ que me gastaría en
otra cosa. Pero lo cortés no quita lo valiente: la caja de cambios de doble
embrague de Volkswagen es realmente buena. Después de utilizar durante un
tiempo un cambio de doble embrague como este, cualquier convertidor de par te
resulta torpe y lento, un CVT desesperantemente aburrido y un manual robotizado
te da ganas de dejar el coche aparcado en la vía del tren.
Con la velocidad entre marchas por bandera, el DSG destaca
tanto empleando las levas como dejándole decidir al propio cambio. Utilizando
la palanca -en modo secuencial- o las mencionadas levas, situadas como bien
imagináis al otro lado del volante y lo bastante grandes para un uso normal, el
tema no tiene mucha historia: hace los sube o reduce marchas con enorme rapidez
a nuestra voluntad, sin notar apenas los saltos entre una y otra. Obviamente el
sistema protege el motor para no sembrar bielas por el camino y quita
velocidades si circulamos a una velocidad demasiado baja.
Más interesante me pareció su modo automático "normal", en el que
siempre elige bien y trata de circular en la relación más alta posible en pos
de la eficiencia y la tranquilidad de marcha. Eso sí, está preparado
para salir echando humo en cualquier momento si decides hundir el pie derecho.
Colocando el selector en la S activamos el programa deportivo, que estruja el motor para sacarle el máximo partido. Insisto en que no me siento a gusto sin mi cambio manual de toda la vida, pero las ventajas del DSG en conducción deportiva son innegables, porque permite tener siempre disponible la máxima aceleración y la máxima retención sin andar peleándonos con un embrague y una palanca. Un juguete, vaya.
Colocando el selector en la S activamos el programa deportivo, que estruja el motor para sacarle el máximo partido. Insisto en que no me siento a gusto sin mi cambio manual de toda la vida, pero las ventajas del DSG en conducción deportiva son innegables, porque permite tener siempre disponible la máxima aceleración y la máxima retención sin andar peleándonos con un embrague y una palanca. Un juguete, vaya.
Comportamiento
El Passat CC es un coche con una pisada muy buena, se nota que va con aplomo, que tiene una gran calidad de rodadura. Estas cosas son difíciles de explicar y de medir porque son cosas basadas en sensaciones y porque cualquier coche nuevo pisa bien.
En cualquier caso, el CC destaca en el apartado dinámico especialmente en carreteras rápidas de buen asfalto. La suspensión firme impide balanceos y cabeceos y permite pasos por curva elevados sin incomodidades en el interior. Esto se une a una dirección lo bastante directa que hace que meterlo en las curvas sea muy fácil para un coche de su tamaño. Al juntar este chasis con el motor TDI de 170 CV, reprimir las ganas de ser “traviesillo” por una buena carretera nacional se torna complicado. Hay que tener granizado en las venas.
El Passat CC es un coche con una pisada muy buena, se nota que va con aplomo, que tiene una gran calidad de rodadura. Estas cosas son difíciles de explicar y de medir porque son cosas basadas en sensaciones y porque cualquier coche nuevo pisa bien.
En cualquier caso, el CC destaca en el apartado dinámico especialmente en carreteras rápidas de buen asfalto. La suspensión firme impide balanceos y cabeceos y permite pasos por curva elevados sin incomodidades en el interior. Esto se une a una dirección lo bastante directa que hace que meterlo en las curvas sea muy fácil para un coche de su tamaño. Al juntar este chasis con el motor TDI de 170 CV, reprimir las ganas de ser “traviesillo” por una buena carretera nacional se torna complicado. Hay que tener granizado en las venas.
No penséis mal, no es ninguna travesura... |
Por asfalto roto y revirado, donde más lo conduje, la cosa
no es tan satisfactoria porque la suspensión se vuelve un poquitín seca en
ocasiones, aunque esto no molestará a los que busquen sensaciones -a mí por ejemplo no me resulta un
incordio- . Sí me gustó menos, aunque
era de esperar, la falta de agilidad del CC a medida que el ángulo de las
curvas empieza a cerrarse: no le cuesta entrar en ellas -de hecho lo hace muy bien- pero una vez dentro la zaga no colabora en
nada y sucede lo obvio: subvira mucho. Lo intente un par de veces -sobre todo porque no recordaba así al Passat
berlina- soltando un poco el acelerador
en pleno apoyo, pero nada.
Esto no es un defecto, es más, se podría considerar una
cualidad porque hace el coche más fácil de conducir y da fe de su más que buena
estabilidad. Pero sí chocará con los intereses del que busque diversión. Para
eso habría que mirar otras opciones.
Me quedé con ganas de probarlo en autovía, pero tampoco hace
falta ser adivino para imaginar que esa gran estabilidad de la que presume y
las prestaciones del motor le permitirán hacer cómodamente cruceros a
velocidades de pisar cárcel. Asimismo es de suponer que la firmeza de la suspensión
hará que se noten los cambios de asfalto o las juntas de dilatación con más
claridad que en otros coches más “blandos”. En mi caso, aprecio más el tacto
firme del CC aunque implique ceder en otros aspectos.
Precio y equipamiento
El Volkswagen Passat CC TDI 170 CV Bluemotion costaba -ha sido renovado el año pasado- 40.100 €, un precio sin duda alto pero que incluye un equipamiento de serie muy completo, con la dotación típica de seguridad -airbags frontales, laterales y de cortina, ABS, ESP...- asistente de salida en rampa, control de velocidad Tempomat, faros bixenon y antinieblas, climatizador bizona Climatronic, entrada auxiliar de sonido... A pesar de tener algún punto absurdo, como lo de pagar por la tercera plaza trasera, poco se le puede reprochar al CC en este apartado.
A todo esto habría que sumer en nuestro caso varios extras como los asientos deportivos calefactables de cuero (900 €), techo panorámico eléctrico (950 €), sensor de aparcamiento (500 €), retrovisores antideslumbramiento plegables eléctricamente (250 €) o asiento trasero de 3 plazas (125 €). Quedaría algún otro elemento que podría ser interesante, verbigracia el control de velocidad por radar de proximidad o el asistente de riesgo de colisión.
A modo de conclusión, he de decir que el CC me ha sorprendido. Esperaba una "berlina normal" vestida con un traje más elegante, pero ha demostrado que tiene algo más. No nos engañemos: no es un deportivo, ni hace aflorar las emociones, no obstante su notable motor, el fantástico DSG y su firme puesta a punto le dan un puntito que no tienen por lo general las berlinas "normales". No me importaría pasar la crisis de la mediana edad en uno de estos, y esto es todo un halago.
PD: Mil gracias a Esther y Nestor, atípicos propietarios -por jóvenes- de este bonito coupé. ¡Nos vemos pronto!
Galería de imágenes
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