Tras ver en la primera parte las características
exteriores e interiores del compacto de
Peugeot -ya al final de su vida
comercial y con un sustituto en ciernes-
toca comprobar cómo es el 308 en movimiento.
Ya vimos en el post anterior que destaca por un gran
habitáculo, cómodo y espacioso, acompañado de buenos acabados y terminaciones,
aunque con algún detallito
susceptible de ser mejorado. Exteriormente, el 308 quizá resulte algo controvertido por su
línea "distinta", pero su imagen es claramente distinguible y no carente de
atractivo. Ahora acerquémonos a ese nervudo frontal a ver que esconde el capó…
Motor y prestaciones
El 308 que probamos es movido por un 1.6 VTi -esto es, atmosférico de inyección
indirecta- que rinde 120 CV a 6.000rpm,
entregando sus 160 NM de par a casi dos mil vueltas menos -a 4.250 para ser exactos- . Para el que
conozca el 1.6 FSI del grupo Volkswagen o los equivalentes de PSA está todo dicho: un
poco asmático en la parte baja del cuentarrevoluciones, bastante capaz en la
zona media y satisfactorio entre las 5.000 y el corte.
El voluntarioso motor tiene que lidiar con un cierto
sobrepeso, unos 1.350 kg, que aunque no es una cifra escandalosa, sí es elevada. No son los escasos
1.200 kg que pesaba el Golf V o el C4.
Me llamó poderosamente la atención lo silencioso que es, lo
poco que se deja sentir en el habitáculo, siendo un coche
agradable de utilizar a diario. El cambio tiene unos recorridos más bien largos
aunque pero no imprecisos. Lástima que no tenga una sexta marcha de desahogo
que mejoraría los consumos y la sonoridad en autovía.
Aprovechando que sacamos el tema de los consumos, homologa
una cifra de 6,7 litros/100 km. ¿Alcanzables? Sí pero muy dificilmente y siempre que se conduzca con enorme suavidad más fuera de la ciudad que dentro. Lo normal sería que,
mezclando un poco todo tipo de circulación, se quede en siete y algo, lo normal para un motor de su potencia y
características. En Spritmonitor podéis ver muchos ejemplos para haceros una
idea.
Comportamiento
Más cómodo que deportivo es la definición perfecta para el
308. Mejora respecto al 307 ofreciendo un tarado de suspensión más duro, pero
sigue predominando el confort de marcha. Las versiones más potentes tienen un
ajuste más duro, pero no era el caso de este que probamos.
Como ya comentaba antes es un coche muy placentero porque es
sorprendentemente silencioso. Solo cuando sobrepasamos las 3.000 revoluciones
se puede oir el motor con claridad, que además emite un sonido más bien
grave -desconozco si es una
particularidad del coche o sucede en todos los 308- que me resultó agradable.
Cuando la cosa se anima, el balanceo se empieza a notar,
aunque en general los movimientos de la carrocería son contenidos. No me dio la
impresión de ser ágil, no en el sentido en el que lo es por ejemplo un León,
pero no creáis que por ser un coche “tranquilo” no es divertido, se puede sacar
mucho partido a esos 120 CV porque con este chasis el 308 no da la impresión de
ser nada nervioso y sí de ser muy estable. Simplemente no es un coche tan
orientado a la deportividad como algunos de sus rivales.
Incluso pasado el límite
-punto al que no llegué- parece difícil
de descolocar el eje trasero, en cualquier caso la electrónica cortará cualquier
extraño que obliguemos a hacer al coche, siempre que no lo llevemos
desactivado, opción que nunca es recomendable.
Precio y equipamiento
El modelo que hemos probado, en la versión intermedia Sport, partía de 17.000€ aproximadamente
sin incluir los descuentos de la marca, cifra a la que habría que añadir extras
como el techo panorámico o las llantas de 17”. Actualmente, el 308 re-estilizado
parte desde 15.000€–en su versión de acceso-
hasta los casi 20.000€ del tope de gama.
Por precio se encuentra en un término intermedio y está
notablemente equipado, nuestra unidad cuenta con 6 airbags + airbag de rodilla,
control de estabilidad -de serie en toda
la gama- faros antiniebla, mandos en el
volante, ordenador de a bordo, limitador de velocidad, retrovisores exteriores
calefactados, climatizador bizona… No se echa en falta de nada y, en caso de
querer algún extra, estos tienen un precio muy asequible.
Por pedir, hubiera estado bien disponer de sensor de lluvia
de serie y faros de xenón o arranque sin llave como opción -no disponibles-. En cualquier caso es un
coche bien equipado de los que sabes que vale cada euro que pagas. Una buena compra y más ahora que, al estar al final de su vida comercial, seguro que se pueden obtener grandes descuentos de la marca siempre y cuando no nos importe que sea un coche ya en extinción.
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