Han pasado varios coches por esta página, pero ninguno
de la marca del león, un fabricante con mucha solera en nuestro país y que
quizá, al menos desde mi punto de vista, ha vivido un poco a la sombra de su
hermana Citroën en los últimos años. Nada mejor que probar uno de sus modelos
más representativos, el 308, que aunque ya lleva con nosotros desde el 2007 y será sustituido en breve, aún tiene mucho que decir.
Vamos a empezar con la prueba no sin antes destripar sus orígenes, que seguro os traerán buenos recuerdos...
Vamos a empezar con la prueba no sin antes destripar sus orígenes, que seguro os traerán buenos recuerdos...
La evolución lógica
¿Quién no recuerda el Peugeot 306? XS, sedán, GTI... En cualquiera de sus versiones fue un coche muy reconocido, por mencionar su historial en los rallies -306 Maxi- , verdadero objeto de culto para todos los que nacimos en la última década del siglo pasado y terror de los WRC en los revirados tramos de asfalto. Estuvo casi una década entre nostros hasta la inevitable irrupción del 307.
Un 307 que tenía la difícil misión de continuar con el éxito del
enormemente popular Peugeot 306 y en buena medida lo consiguió. Más de tres millones y
medio de unidades en ocho años dan fe de ello, sin embargo no perduró en el tanto carisma como tenía su antepasado.
Y, ¿cómo se iba a llamar el sucesor del 307, a su vez sucesor del famosísimo 306? Pues efectivamente, 308. Peugeot no abandonó su reconocible nomeclatura basada en números al dar a luz a su actual compacto. ¿Por qué hacerlo cuando es una de sus señas de identidad?
Las conclusiones sobre si este 308 que probamos hoy ha
sido digno representante de la estirpe de la que procede la podremos sacar muy pronto, cuando se de por concluida su
vida comercial. Esto sucederá muy pronto, y su sucesor será el encargado de estrenar la nueva plataforma EMP2 del grupo PSA.
Diseño 100% Peugeot
Podrá gustar o no, pero no cabe duda de que con esos
rasgos tan marcados no puede tacharse de coche anodino. Aunque desde aquel
rompedor 206 no he sido particularmente fan de los diseños de la marca, el 308
me parece en general bastante atractivo. Llama la atención la agresividad de
ese morro en el que no falta esa “sonrisa” tan característica que, unida a las ópticas,
le imprimen una expresión felina refrendada por el gran león plateado.
Imposible no fijarse en los
retrovisores, cuyo soporte nace de la puerta y no del pilar A como es habitual,
y que integran en el intermitente en su parte inferior. Los pasos de rueda “cortados”
son otro de los rasgos más distintivos del 308. Es en este punto donde más se
aprecia la ligera monovolumenización
de un diseño que, por otro lado es bastante continuista a grandes rasgos.
La zaga es quizá la parte resuelta con menos acierto comparado con el resto del conjunto. El
portón, lejos de caer verticalmente al terminar la luna, se abomba aún más arañando
centímetros para el maletero. Desde cierto ángulo me pareció un "206 agrandado" -creo que la razón se encuentra en torno al
pilar C- , sensación que desaparece en
cuanto lo observas con mayor detenimiento. El lavado de cara al que fue sometido
en 2011 ha armonizado líneas y mantenido fresca la imagen del 308 hasta que
llegue su sucesor.
La gama de motores la componen un 1.4 litros de 98 CV, un
1.6 de 120 CV -ambos de inyección
indirecta- y un 1.6 turboalimentado en
versiones de 150, 174 y 200 CV. Estos bloques, a excepción del 1.4, fueron
desarrollados de la mano de BMW.
La gama diésel es más amplia y disfruta de los HDI que
también vemos en Citroën: 1.6 de 90 y 110 CV y 2.0 con varias potencias,
destacando especialmente la versión de 150 CV.
Dentro del 308
Esa costumbre tan
Peugeot de alejar el inicio del parabrisas juega muy a favor del habitáculo,
que da una buena sensación de espacio. Parece sobrado de anchura y altura -metro en mano probablemente también- y tiene una postura de conducción un poco
particular en la que hay que dar con el punto exacto, aunque es cómoda. Los
asientos, de mullido tirando a blando, sujetan bastante bien al ocupante.
No sé si tenía escondido algún prejuicio o qué, pero
esperaba una calidad inferior, cuando lo cierto es que raya a buen nivel: ajustes bien hechos, materiales con buena
apariencia, muchos y elegantes cromados… La pequeña pantalla, aunque
parezca muy metida hacia dentro, se lee bien y no se ve afectada por los
reflejos, no así los relojes de la instrumentación, cuyo embellecimiento puede lanzar algún destello que incordie a los más sensibles -no fue mi caso- .
Lo que sí que no me acaba de convencer es la acumulación de palancas en torno al volante, hasta cuatro en el caso de 308. Me parece más sencillo y cómodo el uso de botones para, por ejemplo, el radio-cd. Cuestión de gustos, supongo.
De huecos útiles me dio la impresión de estar bien servido, aunque no entiendo muy bien por qué no se aprovechó mejor el espacio entre la palanca de cambios y el reposabrazos, donde lleva un voluminoso encendedor que será de gran utilidad para los adictos al fumeque
Esta unidad, con menos de cinco años pero muchos kilómetros a sus espaldas, tenía un importante desgaste en el recubrimiento del volante y el pomo de la palanca de cambios. A su favor he de decir que ese deterioro prematuro tan poco deseable lo he visto en coches de supuesta mayor calidad como el Golf.
Lo que sí que no me acaba de convencer es la acumulación de palancas en torno al volante, hasta cuatro en el caso de 308. Me parece más sencillo y cómodo el uso de botones para, por ejemplo, el radio-cd. Cuestión de gustos, supongo.
De huecos útiles me dio la impresión de estar bien servido, aunque no entiendo muy bien por qué no se aprovechó mejor el espacio entre la palanca de cambios y el reposabrazos, donde lleva un voluminoso encendedor que será de gran utilidad para los adictos al fumeque
Esta unidad, con menos de cinco años pero muchos kilómetros a sus espaldas, tenía un importante desgaste en el recubrimiento del volante y el pomo de la palanca de cambios. A su favor he de decir que ese deterioro prematuro tan poco deseable lo he visto en coches de supuesta mayor calidad como el Golf.
En las plazas traseras el espacio sigue siendo muy razonable especialmente la altura al techo. Por su anchura, creo que tres adultos viajarían más cómodos de lo que suele ser habitual en este segmento aunque la plaza central es claramente más incómoda. Tiene el detalle de incorporar salidas de aire para los pasajeros y una gran luminosidad si el coche dispone de techo panorámico como el de nuestro 308.
El maletero de 350 litros no es de los mayores de la categoría, pero tampoco es pequeño. Destaca más por su anchura que por su profundidad y por su forma permite es muy aprovechable.
Hasta aquí la primera parte. Queda pendiente para la segunda
comprobar su comportamiento, su equipamiento y poner a prueba el bloque VTi de
120 CV que esconde el capó. ¿Se portará bien el Peugeot en marcha?
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