Me las prometía muy felices esta Semana Santa cuando se me
puso a tiro un coche muy interesante por dos razones principalmente: la primera que era un Lancia, una
marca con demasiada historia como para seguir por más tiempo sumida en mi ignorancia. La segunda razón, que se trataba de un monovolumen de verdad, de los de llevar a la mujer -o al hombre, seamos paritarios- , a los
niños, a la suegra, al perro y tres sacos de pienso con total comodidad.
Desafortunadamente, en el momento de la prueba el coche
sufrió una avería que me impidió catarlo como es debido. El filtro del gasoil,
nada menos, fue el miserable que estropeó la cita… aunque solo temporalmente,
pues la tengo apalabrada para dentro de algún tiempo. ¿Debería esperar hasta
entonces? Quizá sería lo más adecuado, pero con estas cosas no sé contenerme. El ansia me puede, así que comencemos
averiguando de donde viene el Lancia
Phedra.
Una plataforma para dominarlos a todos
En 1994, Fiat y el grupo PSA
-Peugeot y Citroën- decidieron
unir esfuerzos a través de un acuerdo comercial para fabricar un monovolumen
del segmento D. Se creó así Sevel Nord, división que se encargó de producir una
plataforma denominada Eurovan que formaría los Citroën Evasion, Fiat
Ulysse, Lancia Zeta y Peugeot 806, pensados para plantar cara a rivales como el
Renault Espace o el Chrysler Voyager.
Compartieron motores, todos ellos de PSA: dos gasolina de
dos litros tanto atmosférico como turboalimentado -121 y 147 CV respectivamente- y otros dos
diésel de 1.900cc y 2.100cc de 90 y 109 CV. Más tarde llegaron nuevos propulsores: un diésel common-rail y otro de gasolina atmosférico de mayor eficiencia.
En 2002 vio la luz una segunda generación de la Eurovan que
ganaba en tamaño y en espacio interior y nuevos bloques 2.9 V6 y 2.2 diésel, de mejores prestaciones.
Centrándonos más en Lancia, se cambió el nombre Zeta de la anterior generación por el de Phedra. Como dato de
interés añadiré que la pronunciación correcta es “fedra” y no “pedra” como he
oído alguna vez.
Minibús con estilo
De los cuatro hermanos me parece el más refinado estéticamente. El C8 y el 807 guardan bastante parecidos entre sí, el Fiat opta
como el Lancia por tener una personalidad diferente. Me imagino diseñando una carrocería
para un bicho de estos y me entran los sudores fríos: siendo imposible variar
la forma -la funcionalidad por encima de
todo- , hay que hilar muy fino para que
no salga un coche aburrido y “afurgonetado”.
En Lancia, que no son mancos con el lápiz, han hecho un monovolumen muy aparente valiéndose de ese
estilo suyo tan particular. Los detalles cromados, esos “ojos” que miran raro
bordeando la elegante parrilla central, las bonitas llantas o esa trasera tan sencilla
y bien resuelta imprimen mucho carácter al Phedra. En este caso Lancia no ha aplicado eso de "antes muerta que sencilla" que quizá sí se pueda percibir en modelos de la casa como el Ypsilon, el Musa o el Delta. En mi opinión es la opción más elegante de sus hermanos.
Interior
Que magnífica pinta tiene el habitáculo del Phedra. Se nota
que, de los cuatro, es a este a quien le han imprimido un carácter más
lujoso y elegante. Concretamente, la unidad de esta prueba equipa una tapicería de piel marron que le sienta francamente bien y que contrastan con los demás elementos de color oscuro. Sorprendente la amplitud y comodidad tanto para el conductor como para el acompañante, nada que ver con un turismo convencional.
Las zonas más al alcance son muy agradables a la vista y al tacto, con especial mención a la parte alta del salpicadero, muy acolchada. Las puertas no son menos y solo encontramos plástico duro en la mitad inferior y en zonas menos accesibles. Los ajustes quizá no sean tan buenos como los materiales empleados, pero no empañan la gran sensación general.
Las zonas más al alcance son muy agradables a la vista y al tacto, con especial mención a la parte alta del salpicadero, muy acolchada. Las puertas no son menos y solo encontramos plástico duro en la mitad inferior y en zonas menos accesibles. Los ajustes quizá no sean tan buenos como los materiales empleados, pero no empañan la gran sensación general.
La disposición del salpicadero es similar entre los cuatro
miembros de la plataforma. Me gustó y me pareció confortable la disposición
elevada de la palanca de cambios, la ventilación y demás, que están a mano aunque haya que estirarse un poco. Están bien
diferenciadas, lo que
ayuda a aprendérselos rápido. Presume de varios huecos donde posar cosas tanto grandes como pequeñas. Como buen coche familiar, es muy funcional.
No me gustó demasiado la ubicación del velocímetro y el
cuentarrevoluciones, a ambos lados de la pantalla multimedia, es poco natural y obliga a apartar la vista del frente, aunque supongo que es algo a lo que uno se acaba
acostumbrando. Si lo hemos logrado con el Mini
-menudo despropósito- con este será coser y cantar. Por cierto, las
esferas de estos dos elementos me recuerdan mucho a los de la típica báscula de
cocina de nuestras madres y abuelas. ¿En qué pensaba el tipo que los diseñó?
Dejando las nimiedades a un lado, me llamo poderosamente la
atención la puerta corrediza eléctrica. Imagino que nos pasa a los que somos
profanos en esto de los grandes coches familiares, pero el detalle de
apretar un botón -o el mismo mando a
distancia- y que se abra o cierre la
puerta me pareció casi ciencia-ficción. Esta emite un sonido para advertir a
los incautos de su movimiento. No comprobé si tiene algún sistema
anti-pinzamiento como muchos elevalunas, prometo hacerlo en la segunda parte.
Otra característica que me cautivó es que el habitáculo
entero reposa sobre una plataforma plana, como la de un autobús o un avión. Es
incluso sencillo -bueno,
sencillo tampoco, pero se entiende- pasar
de delante hacia atrás en plan azafato. En los niveles de equipamiento más alto los asientos del piloto y copiloto pueden darse la vuelta y enfrentarse a las plazas traseras para montar un pequeño salón como el de casa.
Ya que hablamos de plazas traseras, estas son tres asientos de verdad, no dos y media como en la mayoría de los turismos. Individuales y con buen espacio para cada una, se pueden correr hacia delante o hacia atrás para abrir hueco o dejárselo a los de la tercera fila. Cualquiera de ellos se puede abatir con comodidad y dejar una práctica mesita con dos posavasos. Si a eso le unimos dos pantallas multimedia para ver pelis… ¡cualquiera crece viajando feliz!
Ya que hablamos de plazas traseras, estas son tres asientos de verdad, no dos y media como en la mayoría de los turismos. Individuales y con buen espacio para cada una, se pueden correr hacia delante o hacia atrás para abrir hueco o dejárselo a los de la tercera fila. Cualquiera de ellos se puede abatir con comodidad y dejar una práctica mesita con dos posavasos. Si a eso le unimos dos pantallas multimedia para ver pelis… ¡cualquiera crece viajando feliz!
La última fila de asientos
-son dos, siete plazas en total-
es menos espaciosa para las piernas pero la anchura está tan bien resuelta
como en las demás. Perfecta para niños e incluso para adultos si el viaje no es
excesivamente largo. Por cierto, todos los asientos tienen reposacabezas y
cinturón de tres puntos como Dios manda, no hay ninguna queja en ese aspecto.
Para llevar trastos tenemos 830 litros de capacidad en el maletero si solo llevamos dos filas de asientos, capacidad que se incrementa hasta los casi 3.000 si abatimos también la segunda. Con las siete plazas disponibles, el maletero es obviamente reducido, pero aún queda un espacio bastante majo para llevar un par de maletas pequeñas o las bolsas de la compra.
Para la segunda parte dejamos el amplio equipamiento de este
espacioso monovolumen, las impresiones de conducción y, cómo no, todo lo relativo
al bloque 2.2 de origen PSA del que he oído muy buenas referencias y que, en
principio, debería mover con mucha suficiencia al Phedra. La espera será un
poco larga, pero merecerá la pena.
Galería de imágenes
Galería de imágenes
Muybueno el artículo, dan ganas de comprarse uno, más conociendo tu alto nivel de exigencia en materia de automóvil, felicidades!
ResponderEliminartengo ganas de comprarme uno y lo voy hacer.ahhh muy bien explicado.del consumo no has comentado,podrias?
ResponderEliminarHola David
ResponderEliminarComo habrás visto no existe la segunda parte de la prueba en la que tendríamos que haber hablado de comportamiento dinámico, prestaciones, consumos, etc. Justo el día que iba a ponerme tras el volante sufrió una avería que me impidió realizarla. Esta avería -para que no te asustes- resultó ser una tontería relacionada con el filtro de gasoil.
No puedo hablar de primera mano de consumos, pero si te puedo remitir a la página de SpritMonitor donde, pese a no haber muchas unidades, podrás hacerte una idea aproximada. El enlace es este http://www.spritmonitor.de/en/overview/24-Lancia/226-Phedra.html?fueltype=1&powerunit=2
Espero que te ayude, un saludo!!
Hola que me aconsejas,Gasolina o Diesel? hare unos 5.000Km al año,para fines de semana y vacaciones.Gracias, y Un saludo.
ResponderEliminarPues depende, claro. Así de primeras, por el kilometraje que indicas, encajaría más el gasolina, pero para asegurarte calcula cuanto la diferencia de precio aproximada entre las versiones diésel y gasolina en las que estas interesado -imagino que los gasolina están bastante más baratos- y mira a ver cuántos kilómetros tardarías en amortizar el mayor consumo y precio de la gasolina frente al diesel.
ResponderEliminarTe voy con un ejemplo por si no me explico bien: supongamos que el diesel gasta 9 litros/100km. Son 90 cada 1000km y 450 cada 5.000km. Multiplicado por el precio del diesel (1.30€, por redondear) salen unos 600€ al año en combustible. El equivalente en gasolina consumirá unos 11 litros/100km, 550 cada 5.000 que a 1,40 el litro salen 770 euros. En combustible, el diesel te saldria 170 euros más barato que el gasolina, y ahi tienes que jugar con la diferencia de precio: en cuantos años amortizarias la diferencia y eso. En cualquier caso la eleccion logica parece gasolina.
Si obviamos lo economico, ya sabes: el diésel da más par a bajas vueltas, da más potencia circulando a revoluciones bajas y muy probablemente necesites recurrir menos al cambio de marchas. También el mayor par se agradecerá en un coche de tanta masa como es el caso. Por contra el gasolina será mas agradable de usar, menos vibraciones y ruidos, más sencillo y probado mecánicamente, aunque tendrás que llevarlo más alto de vueltas cuando quieras sacar lo mejor de él.
Espero que todo este rollo te haya servido de algo!! :)