Volvemos
a meternos de lleno en la prueba del Alfa 147, a ver si a nivel dinámico está a
la altura. Hasta ahora destacábamos del ya extinto compacto -sustituido por el Giulietta- su fantástico diseño, como es costumbre en
los modelos del biscione, sus notables
acabados y materiales o su gusto por el
detalle.
Con
menos entusiasmo comentamos la escasa capacidad del maletero y el espacio
disponible para las plazas traseras, más estrechas de lo habitual. A
continuación vamos con las impresiones del motor y cómo de bien se maneja el
Alfa en las reviradas carreteras de Liébana.
Motor y
prestaciones
El
ingenio mecánico que mueve al 147 es un bloque diésel de 1.900cc de 120 CV desarrollado
por Fiat con tecnología MultiJet -capaz
de realizar varias inyecciones por ciclo del cilindro- aunque es más conocido por su denominación
comercial, JTD.
Me
pareció un motor notable por lo agradable y lineal que es: como suele ocurrir en la mayoría
de motores de este tipo, no tiene prisa antes de unas 1.800 rpm aproximadamente, cuando el turbo no está por la labor de ayudar. Pero
donde otros pegan un tirón más o menos salvaje
-según su potencia- , el Alfa te
engaña dosificando esa patada y distribuyéndola en un rango mayor de revoluciones. Hay quien prefiere esa patada -muy típica de los TDI- y quien valora más la suavidad. Yo aprecio más la mayor elasticidad de este motor.
No por ello es menos potente, a dos mil y pocas empieza la fiesta y no se acaba hasta que la aguja sobrepasa por poco las 4.000rpm. Sobre el papel destaca especialmente en las recuperaciones y a
tenor de lo que he probado, no me cabe duda de que es así. Cuando tiene que dar
lo mejor de sí, sube de vueltas sin baches ni bajones
de potencia, todo muy lineal.
Hasta el plástico que oculta el motor está puesto con gusto |
Aunque
se supone que destaca en cuanto a vibraciones y rumorosidad, al ralentí no me
lo ha parecido especialmente. No es para nada tosco y más que hacer ruido, se
deja sentir. En el volante las vibraciones se preciben, así como en algún
elemento como la palanca de cambios, en marcha sí se nota su mayor refinamiento frente a otras alternativas.
Oficialmente
consume 5,8 litros/100 km de media, siendo el consumo en ciudad de 7,8 litros y
en carretera de 4,7. Tiene rivales peores y mejores así que el Alfa se encuentra en un término medio. Si uno piensa que le puede sacar todo el jugo a un motor como este sin
llegar a promediar nunca más de 12 litros, dan ganas de mandar a tomar por saco
a los gasolina.
Es un motor con muy poquitas pegas, si es que tiene alguna relevante. Es equlibrado y con una fiabilidad ya más que demostrada. La unidad que estamos probando no es una excepción.
Comportamiento
Que me aspen si este coche no tiene algo
especial. Quizá sea autosugestión, o la magia esa que dicen que tienen los
Alfa o… Quién sabe, pero sea como fuere, estar al volante del 147 es cuando menos
diferente, dicho esto en el mejor de los sentidos.
Y eso que voy a empezar criticándolo: el
toque deportivo que se supone que distingue a los Alfa Romeo no se nota lo
suficente. Desde mi punto de vista debería ser más duro, trasmitir más... ser un poco más radical. ¡Pero si es tán cómodo como un Golf! ¿No se suponía que el Golf era "burgués" y el Alfa tenía más cuore sportivo?
Pues nada de eso. Los italianos se han decantado por un muy logrado compromiso entre comodidad y efectividad, lo cual es de suponer que
agrade a un público mucho mayor. Imagino que los modelos más prestacionales llevan una suspensión con una puesta a punto más deportiva, pero no puedo asegurar hasta qué punto.
Me gustó mucho la dirección, de las que no esconde lo que pasa. Permite guiar con precisión y es lo suficientemente
directa para realizar conducción deportiva. Tiene un diámetro de giro más
amplio de lo habitual, que se traduce en maniobras un poco más engorrosas. La palanca de cambios tiene un guiado bastante preciso y cómodo.
El 147 es de esos coches que da la sensación
de ir pegado al asfalto. Como no podía ser de otra forma es subvirador,
pero no excesivamente. Para descolocar la zaga hay que ser muy salvaje o tirar
del freno de mano, en ambos casos el control de estabilidad, que no se puede
desconectar -el de tracción sí- actuará para evitar sustos.
Recurre a una
suspensión bastante atípica pero que resultó muy satisfactoria en el Alfa 156:
paralelogramo deformable en el eje delantero y McPherson detrás con tirantes
longitudinales y transversales. Se intuye perfectamente que solo con unos tarados de suspensión más firmes el chasis puede digerir una potencia mucho mayor.
Equipamiento
Alfa Romeo no suele ser una marca con la mejor relación calidad/precio y esto no se debe a lo primero sino a lo segundo. Por filosofía y precio nunca me he atrevido a clasificarla como "generalista" como lo puedan ser Citroën, Skoda o Seat. Para entendernos y aunque no me guste usar este término, yo diría que es una fabricante semipremium como lo pueda ser Volkswagen.
El 147 como ya comentamos tiene unos acabados muy buenos y un equipamiento bastante completo, incluyendo -de serie- airbags frontales, laterales y de cortina -estos últimos para todas las plazas- , ABS con EBD, espejos exteriores calefactados, control de tracción, aire acondicionado... El modelo más básico tiene algunas lagunas de equipamiento como el ordenador de viaje, mandos en el volante o climatizador que, habida cuenta de que su precio no es precisamente bajo, tal vez debieran ser de serie.
El modelo que hemos probado -en acabado distinctive- añade una serie de elementos como el climatizador bizona, faros antiniebla, los mencionados mandos en el volante y ordenador de viaje o programador de velocidad que hacen que el 147 merezca aún más la pena.
La seguridad pasiva no es uno de los puntos fuertes del Alfa -3 estrellas euroNCAP-, en este sentido es superado por rivales como el Golf, C4 o Astra. Este sea quizá el aspecto más criticable de un coche con pocos puntos débiles y que la marca italiana ha solucionado en el Giulietta convirtiéndolo en uno de los coches más seguros de su categoría.
¡Pero qué bonito es!
Ya comenté en la primera parte que crecí deseando este coche con todas mis ganas. El tiempo ha pasado y lo sigo viendo tan bonito -aunque el restyling no me acabó de convencer- como cuando era pequeño. Como oí una vez en Top Gear, si la industria automovilística fuera un cuerpo humano, Toyota sería la cabeza, Aston Martin la cara, Cadillac el estómago... y Alfa Romeo el corazón y el alma. Alguno me dirá que es una exageración, palabras bonitas pero huecas... Para entenderlo, nada mejor que contemplar el 4C, el MiTo o el fantástico 159. O este mismo:
Mi más sincero agradecimiento a Fran, amigo que me ha puesto todas las facilidades para disfrutar de su coche (¡y que no sea la última vez que me lo deja!). Un fuerte abrazo para él
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