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PRUEBA: VOLKSWAGEN GOLF 1.6 FSI (parte 2)


Ya estamos aquí otra vez en lo que será la segunda parte de la prueba del Golf de 2006. Lo dejamos diciendo cuanto nos gustaba la calidad que se percibe a bordo y el diseño, clásico y novedoso a la vez. Por otro lado, el equipamiento, no todo lo completo que debería, impedía al conjunto brillar a aún más altura.
Ahora vamos a pasar de todo eso y a darle un poco de caña, a ver que tal se porta.

Motor y prestaciones


Sabor agridulce. No decepciona ni mucho menos, sin embargo si tenía mayores expectativas. Pensé que esos 5 cv más supondrían ese puntito que le falta al motor equivalente de PSA  -1.6 16v de 110cv-  pero si lo tiene, desde luego yo no lo hallé.

Sube de vueltas bien y cuanto más arriba, más cómodo se siente. De 4500 rpm en adelante se nota poderoso y puede que aquí sí se desmarque un poco del fabricado por Citroen-Peugeot. En las manos del conductor, resulta un poco mas “deportivo”.


El problema viene en el uso normal y corriente pues resulta excesivamente puntiagudo, poco elástico, lo cual resulta extraño sabiendo que la inyección directa se supone que mejora este aspecto. Hasta cerca de las 3000 rpm es, como todos los atmosféricos de esta cilindrada, perezoso, pero en este caso el defecto es mas patente. Por compararlo con un coche que conozco bien, el Citroen Xsara equipado con el motor del que hablábamos antes, hace el 0-100km/h antes  -9,7s por 10,8s, aunque la medición oficial de Citroen se me antoja demasiado optimista- y aunque no he encontrado las cifras concretas, las recuperaciones dan la impresión de ser un poco peores. Quizá la diferencia de peso, de casi 100 kilos, sea el factor que me estropea la comparación.

 En cualquier caso, es un motor capaz, de sonido agradable y con el que puedes divertirte muchísimo apurando la zona roja del cuentavueltas, donde se desenvuelve como pez en el agua. En resumen, promete diversión y empuje cerca del límite a costa de sacrificar un poco agrado en uso normal y corriente.

El consumo oficial es de 6,7 litros, no tan bajo como podríamos esperar de un FSI y su inyección directa. También es cierto que la unidad que probamos, con un dueño que no se corta un pelo, tenía un razonable consumo medio de 9L/100km.

El tener sexta velocidad permite hacer cruceros por autopista con el motor un poco más desahogado, lo cual redunda en mejores consumos, menos ruido y mayor confort de marcha.



Comportamiento
 
Desde hace mucho tiempo, se ha considerado el Golf uno de los coches más equilibrados. Quizá no es el mejor en nada, pero se le da bien todo. Y una de las cosas que mejor hace es llevar a sus ocupantes con un alto nivel de confort. Es ciertamente cómodo, por encima sin duda de la media de su segmento. El Golf que he podido conducir, al ser versión Sportline, equipa tren de rodaje deportivo. Es una opción más que recomendable porque no hace al coche duro ni incómodo, sin embargo si da ese puntito de firmeza que se echa en falta cuando llegan curvas.


No es el más ágil, pero permite jugar con él porque es noble. La zaga va siempre muy colocada y hay que pasarse mucho para que nos juegue una mala pasada. Como es lógico, resulta muy subvirador cuando rebasamos el límite en una curva, aunque el ESP ayuda en ese tipo de situaciones  -siempre teniendo en cuenta los límites físicos-  .

La dirección no me pareció especialmente precisa, sin embargo si que tenía un grado de asistencia muy conseguido, al menos para mi gusto. Hace fácil guiar al coche y meterlo en las curvas. Así mismo, quedé encantado con el cambio, que permite cambiar de marcha con movimientos cortos y precisos, como suele ocurrir en los otros de la casa alemana.


Los frenos cumplen bien su función, sin embargo me costó acostumbrarme a su tacto, ya que entran en acción muy pronto y al principio cuesta dosificarlos. Solo es cuestión de cogerle el truco.

¿Vale lo que cuesta?

Es la eterna pregunta que según seas pro-VAG o anti-VAG  -entiéndase por VAG el grupo Volkswagen-  responderás en uno u otro sentido. El Golf es sensiblemente más caro que sus equivalentes de marcas generalistas. Tiene un buen equipamiento, pero tiene alguna laguna importante y sus rivales están, en el peor de los casos, tan equipados como él. Es un coche cómodo, pero buena parte de su competencia es igualmente cómoda y a mejor precio.

Sin embargo, si el Golf se vende tan bien es porque tiene algo que no tienen los demás. Para empezar, ese aire semi-premium, de coche bien hecho, bien construido, cuyo interior raya a gran altura. También tiene motores muy buenos, como son los TSI o el TDI de 105 cv, un diesel algo tosco pero con una fantástica relación consumo/prestaciones. Junto a los motores, no podemos olvidar que, aunque de manera opcional, VW tiene la mejor caja de cambios automática de producción masiva, la DSG. Y por último, un equilibrio  -como ya comentamos antes, sin ser el mejor en nada, hace bien todo-  del que muy pocos pueden presumir. Todo esto tiene un precio y, a juzgar por las ventas, merece la pena pagarlo.

Así que ya sabéis. Se llama Golf, tiene 38 años… y no está dispuesto a ceder el trono.



Muchas gracias a mi amigo Julián por las facilidades y su colaboración. Y, por supuesto, por el coche :)

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