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PRUEBA: 2006 VOLKSWAGEN GOLF 1.6 FSI (parte 1)

Hace algún tiempo, probamos un Golf GTI de segunda generación que nos dejó encantados con la filosofía que ha seguido siempre Volkswagen con su famosísimo compacto. En esta ocasión, nos rencontraremos con ese mismo coche casi 20 años después y, aunque no es el GTI, sí tiene esos 115 cv que entregaba aquel Golf. Pocas cosas hay que delaten tanto el paso del tiempo como poder comparar distintas generaciones como las del exitoso alemán que tenemos entre manos.


Viajando atrás en el tiempo

Para no repetir de nuevo lo mismo, retomaremos la historia del Golf donde la dejamos en la prueba del anterior GTI (ver aquí), a principios de los 90.


Tras la segunda generación, la más mediática de todas, la siguiente en aparecer tal vez resulte la menos trabajada estéticamente. Aparecida en 1991, trajo importantes mejoras relativas a la seguridad y un equipamiento sorprendente para su época, con detalles propios de segmentos superiores como climatizador o espejos eléctricos.
Fue en esta generación cuando se implementaron los motores TDI con turbo de geometría variable. Sin embargo, los entusiastas del motor quedaron en cierto modo decepcionados al conocer la motorización del GTI: un 2 litros de solo 115cv. Posteriormente se añadió un GTI 16v que erogaba 150cv y por encima, el VR6, con un motor de 6 cilindros en V como su propio nombre indica, además de las versiones potenciadas “Syncro”.

En la cuarta generación, el salto cualitativo fue notable, tanto a nivel estético como mecánico. Además de los antes mencionados propulsores TDI, las versiones deportivas incluían dos GTI de 150 y 170 cv, sin embargo la que realmente hizo las delicias de los apasionados de la velocidad fue la versión R32, con un bloque de 3.2 litros V6 y nada menos que 250 cv de potencia transmitidos al asfalto a través de las 4 ruedas.

El Golf de hoy, el Golf de siempre 


Este Volkswagen que vamos a poner a prueba es con casi toda seguridad la de mejor aspecto exterior, sin perder nunca de vista sus orígenes. Guarda parecidoo con la cuarta generación pero mostrando formas mucho más redondeadas y agresivas. Acostumbrados al conformista y tradicional trabajo de diseño de Volkswagen, esta quinta reinterpretación del clásico fue muy rompedora, de hecho le costó cierto trabajo “entrar por los ojos”. Con un buen equipamiento sobre todo en lo tocante a los sistemas de seguridad activa, buenos acabados y un precio bastante más alto que la competencia, la fórmula del éxito sigue muy vigente.


Con nada menos que doce motorizaciones de gasolina y 5 diésel, resulta imposible hablar de todos ellos, pero no podemos pasar por alto 2 tecnologías introducidas en esta generación: los motores FSI y TSI. La primera de ellas supone inyección directa y gestión variable en función de la carga del motor, con mejoras en potencia, suavidad y consumos. La segunda se explica con la inclusión de un compresor volumétrico y un turbo y que es la evolución del FSI

El Golf de la prueba equipa el motor 1.6 FSI de 115 cv, del cual hablaremos más adelante. También incluye algunas modificaciones estéticas como son las llantas originales y el spoiler trasero de la versión GTI y el colín de escape doble.

Interior y equipamiento


La primera impresión al subirnos al coche es francamente agradable. El diseño bitono del salpicadero es muy favorecedor y sobre todo enmascara el tradicional diseño alemán, tan sobrio y soso.
Los ajustes son buenos, por encima de la media, así como la calidad de los materiales, si bien algunos plásticos no aguantan demasiado bien el paso del tiempo. La parte superior del salpicadero es de un plástico blando al tacto, mientras que la inferior, en beige, es de plástico duro. Las zonas poco visibles están construidas con menos esmero lógicamente, como por ejemplo la zona tras el volante que oculta el eje de la dirección. Me gustó ver que practicamente no hay ni un centímetro de carroceria sin guarnecido.
El tapizado de los asientos parece de calidad y no resbala, además estos recogen muy bien el cuerpo. Tiene, como debe ser, regulación apoyo lumbar, aunque solo en el asiento del conductor.


Las plazas traseras son, como en todos los compactos, un poco justas para tres personas pero cumplen bien. La altura al techo es bastante buena y solo los muy altos pasarán apuros. La plaza central no es demasiado incómoda como en otros modelos.

El maletero está en la media del segmento mas o menos. Aunque parece mas grande a juzgar por el suelo del mismo, la pronunciada inclinación de los asientos traseros lo hace un poco menos práctico. Destaca su apertura, cuya manilla es el propio logotipo de la marca.


El acabado Sportline del Golf que tenemos entre manos es bastante completo, e incluye airbags frontales, laterales y de cortina, ABS, control de estabilidad, servofreno de emergencia, ordenador de a bordo, tren de rodaje deportivo… Se echan en falta cosas como luces antiniebla  -que no son de serie-  ,control de crucero o volante multifunción, que por precio tal vez deberían estar incluidas.

Hasta aquí la primera parte de este eterno compacto. No os perdáis la segunda parte, en la que probaremos su comportamiento y su motor FSI.


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