Se por experiencia que cuanto más poso deja alguien que se nos va, más duele su pérdida, pero también hace posible que nos saque sonrisas durante mucho mucho tiempo, pues el legado que deja -humano, material, moral...- adquire una relevancia que quizá no habíamos apreciado antes.
Este es un poco el caso que nos ocupa hoy. Sergio Pininfarina ha fallecido en su casa de Turín a los 85 años de edad. Hijo de Battista Farina, fundador de Carrozzeria Pininfarina en el año 30. Es culpa suya que la mitad de los jóvenes nacidos a finales de siglo tengamos un F40 en la pared o en maqueta a escala 1:24. Técnicamente, no es correcto decir que "nos deja", porque la gran cantidad de obras de arte sobre ruedas que nos deja hace del nombre Pininfarina algo eterno.
No hay mucho más añadir pues, como se suele decir, sobran las palabras. Es probablemente, el carrocero más famoso de la historia y no se me ocurre mejor manera de rendirle tributo que con imágenes. Grazie mille, Sergio.
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