Hoy vamos a tratar dos formas igualmente interesantes y
válidas de hacer coches: la europea y la americana. Son dos conceptos bastante diferentes, a menudo diametralmente opuestos, pero cada uno tiene su porqué.
Intentaremos entender un poco las dos maneras de entender un vehiculo simplificando -tal vez demasiado- los aspectos relevantes que han hecho posible
esta diferenciación.
Motor americano vs motor europeo
El motivo más importante por el que
los motores de origen norteamericano difieren tanto de los europeos es el
precio de la gasolina. Tradicionalmente
-aunque ya no es tan así- los
yanquis siempre han tenido la gasolina tirada, mientras que aquí en Europa,
donde tenemos mayor escasez energética, siempre ha tenido un precio bastante
mayor.
A raíz de esto, los propulsores europeos han buscado
la eficiencia en mayor medida y hemos sido punteros en tecnologías
orientadas a este fin. En cambio en USA ya sabemos como se las
gastan: mientras que para conseguir potencia aquí incorporamos compresores, turbos
y otras tecnologías, allí ponen otro par de cilindros y a correr. ¿Que
importan las millas por galón -su unidad
de medida de consumo- si la gasolina
prácticamente se la regalan con los paquetes grandes de Colacao?
Este hecho tiene un efecto colateral: la fiabilidad de un motor
“apretado”, con uno, dos o tres turbos, sistemas de inyección complejos… es menor que la
de un motor que, sencillamente, han hecho más grande y punto. Su sencillez
mecánica es cuando menos sorprendente y en caso de avería son susceptibles de
repararse con un martillo y un destornillador plano. El clásico Mercedes del año
la pera con medio millón de kilómetros que tanto nos llama la atención aquí, es allí relativamente común pero en forma de Buick, Cadillac o lo que sea.
Acompañando al motor, la gran mayoría de los coches
americanos monta caja de cambios automática, a menudo de pocas relaciones. Es
parte de su amor por la comodidad.
Puesta a punto del chasis
Como acabo de decir, los americanos son muy apasionados de la comodidad. Por eso
gustan de tarados blandos en la suspensión y chasis cuya rigidez no es tan
importante como aquí. La tan manida afirmación de que los americanos solo saben
hacer coches para ir en línea recta no es ninguna tontería, aunque se diga de
manera despectiva: el chasis y configuración de un Megane RS allí carecería de
todo éxito, igual que sucedería aquí con un enorme Lincoln que cuando pasamos por
un badén rebota tres o cuatro veces.
Sus infraestructuras y diseño de sus ciudades favorecen este
hecho en gran medida y sencillamente, sus coches se adaptan a sus largas y
rectas carreteras y los nuestros a la complicada orografía de la que presumimos.
Tamaño
Sus ciudades no son como la típica ciudad europea: allí
tienen calles y avenidas más espaciosas donde un utilitario no se hace tan
necesario, y sus familias son mas grandes. Por si fuera poco, en Estados Unidos
sienten debilidad por lo grande, lo suntuoso. Tampoco penséis que allí todo son
limusinas, no. Pero tienen coches como los Lincoln Town Car, Hummer, Cadillac
Escalade... que aquí no nos hacen especial gracia.
Ford Expedition de 2010 |
Sirva como ejemplo uno de
sus destacados full size SUV -por hablar
un poco en la jerga- , el Ford
Expedition: 5,6 metros de largo, 2 metros de ancho y, atención, 1,99 metros de
altura. Pesa como un edificio de cuatro plantas y para moverlo, se recurre a un
V8 de 5.4 litros de 314 cv. Si abatimos los asientos, tiene 3.703 litros de
capacidad. Debe de haber gente con sótano y caseta para el perro dentro
de su Expedition. Vaya mole!
Proximamente hablaremos de las diferencias de precios,
calidades interiores, mercados de segunda mano… Permaneced atentos!
Los americanos se pierden por un V8.
ResponderEliminarCierto pero, ¿acaso podemos culparles por ello? Yo también lo querría para mi...;)
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