No os miréis los pies, que no es a ese tipo de zapatos a lo
que me refiero, sino a los neumáticos. Todos hemos oído en repetidas ocasiones
lo importantes que son, sin embargo casi nadie escarmienta en cabeza ajena, y
lo normal es que se tire por lo barato.
Yo he aprendido recientemente que el tema de las gomas es
una elección más importante de lo que parece, os cuento.
En casa la verdad es que no hemos sido de montar ruedas “Carrefour”
y similares. Simplemente de las marcas
conocidas, escogíamos la más barata, según la oferta del momento. Sin embargo
esta vez no ha sido así.
No voy a dármelas de “quemao” del derrape porque no lo soy, ni a pormenorizar
las características de todos los neumáticos que he probado. Lo primero porque me lo estaría inventando todo y lo segundo porque no considero interesante concluir que un modelo es un 2% mejor que otro o entrar en discusiones absurdas sobre que marca es la mejor.
En el coche que conduzco, un compacto francés, han sido 4 los neumáticos montados: unos Pirelli modelo
P5000 si no me falla la memoria, otros Uniroyal -cuyo modelo concreto no puedo precisar- ,
unos Nexus y por último los Michelin Pilot Exalto.
Entre las dos primeras, las Uniroyal y las Pirelli, nunca
noté ninguna diferencia sustancial. Quizá las Uniroyal eran ligeramente mejores
sobre piso mojado, pero puede que fuera autosugestión, ya que conocía de
antemano la buena fama de estas cuando la lluvia hace acto de presencia. En
cualquier caso, si estoy en lo cierto y lo eran, el margen era ridículo.
Las últimas, hasta hace unos días, fueron las Nexus.
Cansados de que nos clavaran por tener que usar una medida poco estándar -195/55/r16, unos 30 euros más por neumático- , le pedimos a nuestro mecánico de confianza del
Garaje Liébana que nos pusiera las más baratas que tuviera.
Al principio la diferencia, no era notable pero sí perceptible cuando
se rueda al límite. Aun así, perfectísimamente válidas en una conducción normal e
incluso “dinámica”. El problema vino superado el ecuador de su duración: la
goma comenzó a perder sus propiedades, pero de manera alarmante además. Sobre
todo con el asfalto mojado, el mal agarre lo podría notar incluso los
conductores más insensibles. Y así hasta que el testigo indicó la hora del
cambio.
Hace unos días volví al taller pero esta vez le pedimos unas ruedas "buenas", dejando la elección en manos del taller, que nos escogió las Michelin antes mencionadas. Me había picado el gusanillo con esto del agarre, asi que tras
hacerle unos pocos kilómetros iniciales, quise intentar ver la diferencia y lo
cierto es que no me costó.
Ya no es que tengan el límite de adherencia mucho más alto, sino que este, una vez
superado, no da paso al mismo tipo de deslizamiento. Intentaré explicarme con
una analogía: pensad en un dedo mojado deslizándose sobre un cristal. El dedo
no avanza uniformemente, sino que va como “a saltitos”, se quiere ir pero no
acaba de hacerlo. Ahora imaginaos el mismo dedo y el mismo cristal, pero secos:
el dedo resbala de manera uniforme sobre el vidrio. El primer ejemplo serían
las Michelin: cuando sobrepasas su límite, agarra como a tirones. El segundo
ejemplo corresponde a las Nexus: una vez pierdes el agarre, desliza continua y “del
tirón”.
Conclusión: No tenéis porque iros a lo más caro, mas
deportivo o prestacional. Buscad una buena oferta de alguna marca de renombre,
sea Goodyear, BFGoodrich o Continental. A no ser que te muevas siempre por
ciudad a velocidades muy bajas y hagas pocos kilómetros, merecerá la pena
invertir ese poco más.
Y vosotros, ¿que experiencias buenas y malas habéis tenido con los neumáticos?
este juvenil maneja del mundo del motor eh!!!vaskii
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