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LA PUTA GRUA



Voy a utilizar esta página para pagar mi frustración de hoy. La causa de mi desdicha es simple: la grúa me llevó el coche esta mañana. Mi primera vez, y estoy bastante seguro que la última. Me sucedió porque es muy raro que aparque en zona azul ya que puedo hacerlo en un recinto privado donde no pago.  Ayer lo tuve que hacer y se me pasó por completo ir a pagar o a moverlo. La falta de costumbre me salió cara.

No voy a esgrimir excusas absurdas, ni a buscar culpables donde no los hay. Me quedé sin coche porque lo aparqué en zona azul sin ticket, al parecer, demasiado tiempo. Punto. Los que estaban a mi alrededor si pagaron el correspondiente parking y yo no debo ser ninguna excepción. No soy diferente en modo alguno y merezco la sanción.


Sin embargo si estoy molesto porque no estoy en absoluto de acuerdo con la forma de proceder de las autoridades pertinentes. Lo cierto es que ayer fui como cualquier otro “cabrón” que aparca pasándose por el forro la ley, aunque fuera de forma totalmente involuntaria. No me fastidia la multa en sí aunque me duela un riñón, me duele lo de la grúa. La puta grua. Porque yo no muestro el mismo grado de “cabronismo” que el que aparca delante de un garaje porque le sale de las narices, o el que sube el coche a la acera una hora con los intermitentes puestos, o el que jode a los demás aparcando en doble fila. Mi coche no molestaba a nadie, ni cerraba el paso de ningún otro usuario. Ni siquiera le quitaba la plaza a otro, pues la calle se vacía durante el horario laboral. Pero como si de cualquier otro “hijoputa” sin ninguna consideración me tratase, la grúa me quitó el coche.

Quiero hacer mucho hincapié en que soy consciente de que me salté la ley y que, como cualquier hijo de vecino, merezco pagar la multa pertinente. No me importa que el importe sea abusivo, es el mismo castigo para todos. Estaba muy tranquilo cuando fui a coger el coche pues tenía asumido esto. Pero lo de llevarse el coche me pareció pasarse 3 pueblos y una farmacia.

Como suele pasar en estos casos, lo pagué un poco con quien no debía: el que está sentado en el depósito para dejarte coger el coche. No le dije hola, ni adiós, ni le di las gracias por atenderme. Reprimí las ganas de decirle lo imbéciles que eran todos ellos, desde el alcalde hasta el conductor de la grua, pasando por él mismo y por quien limpie esa oficina. Esas cosas nunca sirven para nada y encima después te sientes mal.

Lo que no sabían, inocentes, es que tenía este blog para quedarme bien a gusto. Así que, señores de la grúa y políticos que legislasteis al respecto, os podéis ir todos al infierno.  Me aseguraré que en lo sucesivo no volváis a oler mi coche, ni a meterme el sable de esa manera por “prestarme vuestros servicios”. ¡Hasta nunca, malvados!

PD: Otra cosa que me acabó de tocar las...narices, fue que, casualidades de la vida, salí del depósito detrás de la grua y el payaso que iba de copiloto  -policia local-  , en medio de la calle, bajó la ventanilla y tiró una cajetilla de tabaco y varios papeles a la calzada. Dando ejemplo de comportamiento cívico.

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